De procedencia mozárabe, posiblemente de primeros del siglo XVI, la parte alta, está recubierta de un complejo programa ornamental con un fuerte sentido de ritual recogido en la epigrafía y en algunos de los
motivos estampillados como las estrellas de ocho puntas. La estrella de ocho puntas puede relacionarse con la simbología del número ocho, trono de Dios sustentado por tres profetas y cinco ángeles y desde el punto de vista simbólico hacen referencia a la idea coránica de atar el bien o el mal, servirían para la protección del contenido de la vasija (posiblemente agua o vino). Por el barrio donde se encuentran se pueden obtener datos muy interesantes de la historia de Villacarrillo. Saludos.