

A lo largo de la segunda mitad del siglo XVII, Europa sufrió una gran epidemia de peste motivada por la falta de alcantarillado e higiene.
Esta enfermedad transmitida a través de las pulgas de las ratas negras se manifestaba con fiebres altas, dolores musculares y articulares, y en una segunda fase, aparecían bubas o protuberancias en las ingles, axilas y el cuello, pues se trata de una infección de los ganglios linfáticos.
La peste se parece que se inició en Austria, se extendió rápidamente al resto de países, llegando a España a través de los puertos de levante.
En Villacarrillo se produjeron más de ciento cincuenta muertes y para ello, con motivo de ello se solicitó al Cabildo, el traslado de las imágenes desde el convento franciscano a la Iglesia de la Asunción, y dado que el convento adoleció de los donativos que recogían por ausencia de las mismas, solicitaron la devolución de las imágenes.
Así consta:
... Llegó a la Villa el señor D. Francisco Sanz de Grana, Corregidor de la villa de Quesada, que tiene por misión de sus Majestades y señores de su realengo de castilla, para la epidemia de la peste y para poner guardas de a caballo y de a pié para impedir la entrada a la villa de cualquier infestado y que los gastos que se originen se repartan entre las villas de este adelantamiento y entre los repartimientos.
Y esta guardia de esta villa estará durante dos meses a razón de 1400 maravedíes por día que se emplacen en los caminos y entrada a la Villa; y para los dichos gastos, pretende que se haga nuevo repartimiento y hasta que se determine para el pago de dichos salarios. El que se paguen por esta villa ochocientos reales y con ellos cesar en lo demás que pudiera apremiar y respecto de que los señores están muy pobres a verdad, la villa adquiera deudas y se saque en esta forma y que se ajuste cuentas en el repartimiento.
Dada la fama de “milagroso” que desde siglos viene teniendo el Sto Cristo de la Vera Cruz, en junio de 1789, y con motivo de la peste que asolaba a la población, el Cristo y Nuestra señora de la Encarnación salió de la capilla de su Cofradía en solemne procesión por las calles de la Villa para suplicar que cesara la terrible enfermedad y se alojó en la iglesia parroquial de la Villa que por su gran capacidad, albergaría más fieles.
Con este motivo, su antigua Cofradía había dejado de recibir peregrinos en la capilla del convento y con ello dejaron de ingresar los muchos donativos que aquellos dejaban; a la vez que los recibía la Iglesia Parroquial.
Esta situación llegó al Cabildo el día 18 de febrero de 1680, con el siguiente desarrollo:
…Presentose en este Cabildo un monje mayordomo de la cofradía del Santo Cristo de la Vera-Cruz de esta Villa, a fin de solicitar del Alcalde, que traídas a la Iglesia Parroquial para rogar por el achaque de la peste, las imágenes del Sto Cristo de la Vera-Cruz y de Ntª Srª de la Encarnación allá por el mes de junio de este año pasado de 1679 y se hizo obligación de entregar las dichas imágenes a la dicha cofradía, y por haber muchos días de peste que pueden ensombrecer a dicha cofradía, se entreguen las dichas imágenes y se lleven en procesión con toda pompa y ostentación al convento del Sto Cristo por la necesidad de reinar y serenar a los fieles le instamos al Cabildo; y de lo contrario, protestamos por los riesgos, daños y perjuicios que producen a esta Cofradía y lo tengan por testimonio = Y esta palabra que son las razones que contiene la dicha petición, se ordena lleven las imágenes del Sto Cristo y Nuestra Señora, el domingo que viene 26 del reciente mes y para ese día se haga una fiesta a costa de los Propios de este Concejo en dicha Iglesia Parroquial, con toda pompa y solemnidad y a la tarde la procesión general y llevarlas al convento; y para que conste a la Parroquia, se nombra por comisario a D. Fernando Gutiérrez de San Martín, haciéndosele saber, para que lo sepa, dándole cuenta de lo referido, y de lo que respondiere al presente escrito lo ponga por fé. = Y en ejecución de este decreto, D Fernando Gutiérrez de San Martín, asistido por el presente escribano, salió de este Cabildo y anduvo a la iglesia parroquial de esta villa y en la Puerta del Sol, llamó al licenciado Alfonso Gallego y a D. Francisco de la Cueva, curas de dicha Parroquia y les participó el decreto de la Villa y pedimento de la Cofradía; y respondieron que por parte de la parroquia no había impedimento de entrega de las imágenes; pero, había que proceder primero a licencia y mandamiento del Exmo Obispo; a lo que D. Fernando Gutiérrez de San Martín, respondió de que el presente escrito que portaba, decreta que se haga notoria la respuesta de los curas a la Cofradía, y les entregó el decreto para que dieran cuenta de su testimonio donde pueda y donde convenga, y se lo enviaran al referido obispo de Jaén D. Antonio Fernández de Campo, haciéndole redacción de lo referido, y procediendo de su mandato para su conocimiento y se lleven las imágenes del Sto Cristo y de Ntª Srª a su iglesia del convento para servirla la Villa. Así lo firman los señores Alcaldes.
Firmado:
D. Antonio de Castro Vega, Alcalde Mayor. D. Gonzalo Melchor de Lazcano y Vela, D. Antonio del Arco de la Torre, Alcaldes Ordinarios. D. Fernando Gutiérrez de San Martín y Miguel López de Carbonell, D. francisco Gutiérrez de San Martín y Luis Gallego Hervás Jurados. Secretario: D. Andrés Gallego Mármol.
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